Weimar Bauhaus (por Jorge Sánchez)
Fue este un Patrimonio Mundial de UNESCO que no me complació tanto como otros que ya había visitado en Alemania. De hecho, había viajado a Weimar para conocer el sitio «Weimar clásico», pero como disponía de tiempo, determiné que también visitaría sus Bauhaus. La noche anterior me había alojado en un hostal céntrico (en Goetheplatz) donde me trataron muy bien y me señalaron sobre un mapa los sitios importantes de Weimar clásico que no debía perderme al día siguiente, y también los dos sitios donde podría entrar en las Bauhaus de la ciudad, cosa que dejé para lo último.
Al ser un profano en arquitectura moderna, la recepcionista tuvo que explicarme que Bau significa en alemán «construcción» y Haus significa «casa», y la Bauhaus mezcla el uso práctico de la vivienda con la estética. El fundador de ese estilo de arquitectura, un berlinés llamado Walter Adolph Georg Gropius, lo ideó en el año 1919, inaugurando la Escuela de Bauhaus en Weimar. Ese estilo fue clausurado unas dos décadas más tarde por las autoridades prusianas dirigidas por el Partido Nazi. En la ciudad israelí de Tel Aviv se construyeron pocos años más tarde unas 4.000 Bauhaus, constituyendo hoy un Patrimonio Mundial bajo el nombre de «Ciudad blanca de Tel-Aviv – El Movimiento Moderno».
En Weimar había dos sitios Bauhaus. El primero, junto a un parque de las afueras de la ciudad adonde me había dirigido para entrar en una iglesia ortodoxa rusa, observé la Universidad de la Bauhaus y a pocos metros la Haus am Horn. Pero confieso que no me cautivaron esos edificios. Sí, los miré a poca distancia por curiosidad, así que a los pocos minutos me di media vuelta y continué la visita de la Weimar clásica, entrando en la vecina casa donde vivió Goethe.
No fue sino hasta el final de mi larga visita a la ciudad, ya llegando cerca de la estación de tren, cuando me vi frente al Bauhaus-Museum, y allí sí que me quedé un buen rato adentro. En la entrada había letreros con explicaciones sobre el movimiento revolucionario arquitectónico Bauhaus. Uno decía «Das Bauhaus kommt aus Weimar», y mostraba la foto de su fundador Walter Adolph Georg Gropius en pose pensativa con su mano izquierda sosteniéndose la cara, así que le pedí a un indígena que me hiciera una foto donde se me viera con la foto del fundador más el signo de UNESCO. En el interior del museo fueron muy amables y me mostraron la planta baja. Tras ello me dejaron a mi aire. Al no ser un entusiasta de ese estilo de arquitectura, a la media hora salí del museo y abordé un tren hacia mi siguiente destino alemán: la cercana Catedral de Naumburgo (otro sitio UNESCO), que me proporcionaría más satisfacción que la Bauhaus de Weimar.