Tras un periodo de calma de casi quinientos años, el costarricense Volcán Arenal resurgió hace aproximadamente medio siglo y lo hizo con fuerza, pues su actividad se ha prolongado hasta la fecha con diversos intervalos de silencio. Allí se encuentran los manantiales que más adelante forman el río Tabacón, cuyas aguas, calentadas por la intensa actividad volcánica de la zona, fluyen por la ladera del volcán formando una serie de piscinas naturales que han sido reaprovechadas con fines termales. La temperatura del agua oscila entre los treinta y tres y los sesenta y cinco grados centígrados, ofreciendo diversas posibilidades a quienes deseen disfrutar de sus propiedades terapéuticas. Son de destacar también los exuberantes y bien cuidados jardines tropicales existentes en el complejo. Este típico ejemplo de estratovolcán se eleva hasta los mil seiscientos setenta metros de altura y desde 2010 no ha vuelto a emitir material incandescente.