Villa Tughendat (por Jorge Sánchez)
No tenía muchas expectativas ante mi visita a la Villa Tugendhat. La visión del pabellón dedicado a Alemania que construyó Ludwig Mies van der Rohe para la Exposición Internacional de Barcelona de 1929, me deja frío, así como otras obras que conozco de él y que visité hace unos años en Chicago. Pero como había pernoctado en Brno y tenía 4 horas de tiempo antes de proseguir mi viaje en tren para visitar varios sitios UNESCO de Eslovaquia, caminé hacia esa villa, lo que me tomó una media hora desde mi albergue.
Entré junto a una docena de turistas (casi todos eran estadounidenses, salvo una pareja de checos). La entrada al complejo es simple; exteriormente parece una casa a tres niveles (con un garaje), donde debe vivir gente acomodada. Pero nada más, no impresiona en absoluto. Una guía hablando en inglés nos acompañó durante más de una hora. A mitad de la excursión tuve deseos de desertar y marcharme antes, pero lo consideré descortés y al final no lo hice. Además del edificio, los muebles también habían sido diseñados por Ludwig Mies van der Rohe.
Los detalles históricos sobre ese edificio sí que los encontré interesantes, como su ocupación por los alemanes durante la invasión de Checoslovaquia, luego por los soviéticos (en ambas ocasiones el edificio fue saqueado), así como lo que explicó la guía sobre la Escuela de arquitectura y diseño de la Bauhaus, de la cual Brno formaba parte (UNESCO incluye como Patrimonio Mundial «La Bauhaus y sus sitios en Weimar y Dessau»). Aunque he de reconocer que el centro histórico de Brno me sedujo mucho más que la Villa Tugendhat, también he de reconocer que, ni de lejos, soy un experto en arquitectura.