Venecia (por Jorge Sánchez)
Había viajado varias veces a la romántica Venecia, pero nunca me había preocupado por saber más sobre un viajero que está irremediablemente asociado a esa ciudad: Marco Polo. Pero un buen día, y aprovechando un vuelo a precio de ganga de una línea aérea de bajo coste, volé desde Barcelona a Venecia por un pequeño puñado de euros. Aterricé en el aeropuerto que llevaba el nombre de Marco Polo. De allí caminé unos pocos metros y esperé un autobús que me dejó en la parada del vaporetto.
No pretendía revisitar las maravillas de Venecia. Esta vez el propósito de mi viaje a Italia era seguir la pista a viajeros notables nacidos en ese país. El primero sería Marco Polo, al que seguirían Antonio de Pigafetta y Martín de Yudícibus en Vicenza y Savona (ambos supervivientes de la expedición de Magallanes/Elcano), Cristóbal Colón en Génova, Ludovico di Varthema (el primer europeo no musulmán en La Meca) en Bolonia, más Giovanni Francesco Gemelli Careri, de Reggio Calabria, en cuya vuelta al mundo se inspiró Julio Verne para uno de sus famosos libros de viaje (La Vuelta al Mundo en Ochenta Días).
Como eran días del famoso Carnaval de Venecia, no hacía más que ver gente disfrazada de manera fantástica. Me abrí paso entre ellos y pregunté a los indígenas, con lo que pronto di con la Calle del Milion, y de allí proseguí por callejones llegando a una plazoleta donde un hombre asomado a la ventana del primer piso me dijo que la casa de arriba era donde, supuestamente, vivió Marco Polo junto a su esposa, la veneciana Donata Badoer, que le dio tres hijas. Sin embargo, había leído que Marco Polo se trajo a Venecia una princesa china llamada Kukachin, la Princesa Azul ¿qué había sido de ella? Por otra parte, hay indicios que afirman que Marco Polo no era de Venecia, sino que nació en la isla croata de Curzola.
Una placa sobre la pretendida casa de Marco Polo en Venecia, decía:
«Qui furono le case di MARCO POLO che viaggió le piú lontane regioni dell’ Asia e le descrisse»
Misión cumplida. Antes de que se hiciera de noche viajé en tren a Vicenza para averiguar el paradero de la casa donde vivió Antonio Pigafetta, el cronista de la expedición de Magallanes/Elcano y uno de sus 18 supervivientes.