Palabra de origen griego, tholos define una construcción de origen circular, generalmente rematada con una falsa cúpula. Se aplica tanto a viviendas, como a edificaciones funerarias y un buen ejemplo de estas últimas es el denominado Tholos de El Romeral, situado a escasos kilómetros de la población malacitana de Antequera. Está datado en el cuarto milenio a.C. y lo componen dos cámaras circulares cuya cúpula se resuelve mediante aproximación de hiladas, formadas cada una de ellas por pequeñas piedras que sobresalen algo en relación a la hilada precedente. Al interior se accede a través de un corredor de forma trapezoidal y todo el conjunto está recubierto por un túmulo de aproximadamente un centenar de metros de diámetro.