Cada año, en un rango de fechas que puede variar entre mayo y octubre, tiene lugar la temporada de pastos alpinos en Suiza. El ganado, generalmente vacuno pero también caprino u ovino, es subido a zonas de alta montaña gracias a la inestimable labor de los pastores acompañados por sus perros de guarda. Allí los animales se benefician de mejores pastos cuando en las tierras más bajas aprieta la canícula. En torno a esta tradición existen diversas prácticas que se ponen de manifiesto mediante fiestas locales, concursos de ganado, producción de leche y queso y exhibición de trajes típicos. Resulta importante también para la preservación de la naturaleza y contribuye a reforzar los vínculos sociales entre los pastores y los vecinos de la zona. Asimismo, la temporada de pastos alpinos está fuertemente imbricada en el sentimiento identitario suizo y ejerce una gran influencia en la música y la literatura locales.