Compuesto aproximadamente por una veintena de elementos, el conjunto patrimonial formado por los templos megalíticos de Malta evoca a la cultura desarrollada en las islas maltesas entre el Neolítico y la Edad del Bronce. La funcionalidad de estos sitios arqueológicos es desconocida, aunque se tiene constancia de que en ellos se realizaban sacrificios rituales de animales y en su interior se han hallado estatuillas antropomorfas que apuntan a algún tipo de culto ignoto. Construidos en piedra, en ocasiones se juntaban tres o cuatro elementos para conformar una figura semejante a la de un trébol. Seis de ellos, concretamente Ħaġar Qim, Mnajdra, Skorba, Ta’ Ħaġrat y Tarxien en la isla de Malta, así como Ġgantija en la isla de Gozo, fueron declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO en los años 1980 y 1992.