Templo del Loto (por Jorge Sánchez)
Me gusta visitar los templos bahá’í por su belleza, además de porque en ellos se ofrece comida y alojamiento gratuito a los peregrinos. En todo el mundo existen ocho (además de la casa madre de Haifa), de los cuales conozco el de Samoa, Panamá, Uganda y Santiago de Chile. Con el de Delhi sumaba el quinto. Me faltaban aún los de Alemania, Australia y Estados Unidos de América.
La arquitectura del templo bahá’í de Delhi imita a una flor de loto con 9 caras de mármol blanco formando 27 divisiones, a manera de pétalos, más 9 piscinas. Cada una de las 9 caras estaba dedicada a una religión diferente, como el Cristianismo, Budismo, Hinduismo, Islam, Judaísmo, Sijismo, Sintoísmo, Jainismo y Fe Bahai. También observé dibujos alegóricos, como el ruiseñor, que es uno de los símbolos del bahaísmo. Para llegar a ese templo contraté un rickshaw en mi hostal donde me alojaba (el mítico Ringo Guest House, refugio de hippies de los años 60). Tardó al menos 45 minutos en llegar. Le pedí que me esperara un par de horas, tiempo que consideré suficiente para familiarizarme con el templo. Me descalcé y al rato vino una india muy educada que se ofreció para mostrarme las instalaciones y regalarme propaganda bahá’í en idioma español.
Yo ya conocía esa religión/filosofía de mi visita a templos anteriores, en los que incluso pernocté (aunque en Delhi no lo haría). Pero era tan amable que escuchaba con atención todas sus explicaciones sobre el fundador iraní de tal religión/filosofía. Me llevó al sector de la historia de su fe, mostrándome fotografías de sus profetas, todos iraníes. Luego me mostró el inicio de las obras de ese templo en forma de loto, además del retrato de su arquitecto, que era iraní. La guía me dijo que el templo es aún más bello por la noche, cuando lo iluminan.
Tras esa visita he de reconocer que el templo bahá’í de Delhi es el más impactante y bello de todos los que ya conocía. Me gustó en particular la estrella de nueve puntas en la cúpula del templo, con el símbolo del más grande nombre (Greatest Name), como se conoce al fundador de esa religión/filosofía. El chófer de mi rickshaw me estaba esperando fielmente en la entrada al templo. Me devolvió al Ringo Guest House, en Connaught Place. Al llegar le di una buena propina por su servicio y amabilidad, pues durante ambos trayectos me iba señalando edificios famosos de la rica cultura que alberga la ciudad de Delhi.