Genuinamente mediterránea, Tel Aviv es una ciudad relativamente joven pues fue fundada a comienzos del siglo XX. El propósito inicial era el de crear una ciudad espaciosa y con muchas zonas verdes, que sirviera de alivio a la adyacente localidad de Jaffa. Sin embargo, el crecimiento de la nueva población hizo que superara en habitantes a su vecina y que ambas quedaran unidas. El ente resultante fue oficialmente denominado Tel Aviv-Yafo, aunque suele acortarse simplemente como Tel Aviv. Arquitectónicamente hablando, la ciudad destaca por su arquitectura Bauhaus, no en vano es la población con mayor número de representantes de este estilo en el mundo, con unas cuatro mil construcciones. Numerosos ejemplos de ellas pueden verse en los alrededores del Rothschild Boulevard o la Plaza Dizengoff. Existen también edificaciones de nuevo cuño, como los rascacielos que pueden verse en el denominado Azrieli Center. Los edificios más antiguos de la localidad se encuentran en la zona de la antigua Jaffa y entre ellos hay que mencionar la elegante Torre del Reloj, encargo de un sultán otomano. Tel Aviv sobresale también por sus espacios verdes, que ocupan un 20% de su superficie, su animada vida nocturna y sus playas, que se encuentran entre las más atractivas del Mediterráneo.