Crédito: Kandukuru Nagarjun
De acuerdo con la leyenda, la tradición del té en China se inició en el tercer milenio a.C. Un emperador mitológico, de nombre Shen Nong, estaba hirviendo agua cuando una hoja del ejemplar de árbol de té bajo el que lo hacía cayó en ella. Probó el líquido resultante y le agradó tanto que lo llevó a popularizar su consumo. La realidad es probablemente otra, pero lo que parece cierto es que esta infusión se originó en el gigante asiático y su funcionalidad inicial era ser usada con fines medicinales. Existen seis categorías principales de té en el país, entre las que la más habitual es el té verde. La mayor parte de la producción se dedica al consumo interno y solo suele exportarse a comunidades chinas en el extranjero. El té juega un papel fundamental en la vida cotidiana de los locales y se bebe a lo largo del día, incluso sustituyendo al agua durante las comidas. También resulta importante para establecer vínculos sociales y como elemento integrador en diferentes ceremonias.