Diferentes teorías intentan explicar la denominación actual de la capital estonia. El punto de partida de todas ellas es la raíz -linn, que en el idioma local significa ciudad. Si se encabeza con Taani, se tendría ciudad danesa; si es con Tali, se obtendría ciudad de invierno; y si es con Talu, ciudad de la agricultura. Sea como fuere, el origen de Tallinn se encuentra en una fortaleza construida sobre la colina Toompea, que fue citada por vez primera a mediados del siglo XII por el viajero al-Idrisi. Alrededor de ella se fue desarrollando una población que alcanzó su apogeo en época medieval, cuando formaba parte de la Liga Hanseática. De ese periodo son las murallas y el excelentemente preservado centro histórico de la localidad, que incluye la icónica catedral de Alexander Nevsky. La mencionada Toompea forma parte del conocido como Klint del norte de Estonia, parte del acantilado calizo denominado Klint báltico que se extiende a lo largo de unos mil doscientos kilómetros entre Suecia y Rusia. Toda la costa norte de Estonia y la propia ciudad están cruzadas por el acantilado, que forma la línea de división geológica del suelo sobre el que se asientan. Desde la definitiva independencia de Estonia en 1991, Tallinn es la capital y ciudad más poblada del estado, con algo menos de cuatrocientos cincuenta mil habitantes. En los últimos años ha experimentado un fuerte crecimiento económico, ligado especialmente al sector de las nuevas tecnologías.
