En el interior de la isla indonesia de Bali el cultivo del arroz se realiza en terrazas, a las que el agua accede mediante un sistema de riego tradicional a través de acequias y represas denominado subak. Así se viene realizando desde el siglo IX y a su inmenso valor paisajístico se añade el hecho de ser un sistema cooperativista e igualitario, que asegura el sustento de una isla tan poblada como la balinesa. Varias de estas terrazas, junto con el lago adyacente al monte Batur y los templos Pura Ulun Danu, Pura Taman Ayun y Pura Tirta Empul han sido declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO. El nexo que une a todos estos elementos es el agua, fundamental en la cultura local y presente en numerosos ritos que se celebran en los templos anteriormente mencionados.