Soñar no cuesta nada: Megalitismo
Crédito: Ángel M. Felicísimo
Cualquiera que me conozca un poco ya se habrá dado cuenta de que el megalitismo es una de mis principales debilidades. Probablemente debido a mis raíces en una zona de España donde las construcciones megalíticas están a la orden del día, la imagen de estos grandes bloques de piedra me ha acompañado desde la niñez, hasta llegar al punto de tenerla completamente interiorizada. Quizás suene un tanto ficticio, pero estoy convencido de que sin la referencia cercana de estos monumentos que tanto admiro hubiera sido una persona completamente diferente a la que con el tiempo he llegado a ser.
Existen diferentes teorías al respecto del surgimiento y el significado del megalitismo. Según algunos autores, este fenómeno cultural se extendería en el tiempo desde el Neolítico al Calcolítico y geográficamente estaría concentrado en la Europa atlántica y el Mediterráneo occidental. Sus reproducciones tangibles se limitarían casi en exclusiva a dólmenes, menhires y cromlechs. Otros expertos amplían su cronología hasta la Edad del Bronce y épocas posteriores, incorporando así a su rango geográfico otras zonas del Mediterráneo, diversas áreas de África y Asia e incluso Polinesia. Entre las nuevas construcciones surgidas cabe mencionar taulas, navetas, tumbas de los gigantes, círculos de piedra, trilitos o diferentes tipos de templos.
Bien, ¿y a qué viene todo esto? Pues a que hoy es 19 de mayo y, como cada año en esta fecha, me dispongo a poner por escrito mi ración de sueños. Ya, ya sé que en 2021 afirmé que sería la última vez que lo haría, pero me quedan tantos lugares por conocer que he decidido prolongar su transcripción, en el intento quizás vano de ver si así se llevan a la práctica. En el caso concreto del megalitismo, aquí tenéis una quincena de sitios que sueño con llegar a visitar algún día.
Dolmen de Brownshill (Irlanda): Esta impactante construcción está considerada el dolmen más grande del mundo entre los de tipología singular. Se refiere ésta al uso de una sola roca como cubierta, en contraposición a los que tienen más de una, como es el caso del dolmen de Menga, que suelen ser más voluminosos. Se localiza en el condado irlandés de Carlow y la piedra que lo recubre pesa nada menos que ciento tres toneladas.
Menhir de Kerloas (Francia): Mayor peso aún tiene el menhir de Kerloas, que alcanza las ciento cincuenta toneladas. Está situado cerca de Plouarzel, en la región francesa de Bretaña, y con sus nueve metros y medio está considerado el menhir más alto del mundo todavía en pie, junto al no demasiado lejano menhir de Champ-Dolent. Sin embargo, superaba a este último en dos metros y medio, hasta que un rayo lo partió en el siglo XVIII dándole el aspecto biselado que muestra en la actualidad.
Crómlech de Xerez (Portugal): Complejo megalítico datado en el Neolítico, el crómlech de Xerez se sitúa en el distrito luso de Évora, cerca del embalse de Alqueva. Por causa de la inundación provocada por éste, hubo de ser trasladado a su ubicación actual, fuera del alcance de las aguas. Está compuesto por cincuenta y cinco menhires de entre medio metro y dos metros de altura, con uno fálico de aproximadamente cuatro metros y medio en el centro. Su principal característica es que no es redondo ni elíptico, sino cuadrado. Este hecho confunde a los expertos, algunos de los cuales dudan incluso de que sea un crómlech.
Dolmen de Guadalperal (España): A diferencia del anterior, el dolmen de Guadalperal no tuvo tanta suerte y se encuentra actualmente bajo las aguas del embalse extremeño de Valdecañas. A pesar de que muchos se empeñan en llamarlo dolmen, en realidad parece más bien un crómlech, como lo demuestran las decenas de ortostatos que se erigen a la manera de menhires formando un círculo. Cubierto en general por el agua, tan solo es posible verlo durante los estiajes, que a veces pueden tardar décadas. Hace unos años hubo un intento de rescatarlo, pero quedó en nada debido a la opinión contraria de algunos expertos.
Menhires de Valencia del Ventoso (España): También en Extremadura, aunque bastante más al sur, al menos tres menhires se levantan hacia el cielo en las inmediaciones de Valencia del Ventoso. Aunque en realidad esto no es más que una figura literaria, puesto que uno de ellos, denominado Menhir de la Fuente de Abajo, yace tumbado en el suelo y es reutilizado como abrevadero desde décadas atrás. Los otros dos, el menhir del Rábano y el menhir del Lagarto, se erigen enhiestos, aunque este último forma parte de una pared de piedra seca.
Piedras de Callanish (Reino Unido): Para ver las denominadas Piedras de Callanish hay que subir bastante al norte, concretamente hasta la isla de Lewis, que forma parte de las escocesas Hébridas Exteriores. Se trata de un conjunto de menhires, datados en el Calcolítico, que forman una cruz en cuyo centro se halla un crómlech. Éste está constituido por trece monolitos que forman un círculo de unos trece metros de diámetro. La funcionalidad del complejo es ignota.
Dólmenes de Gangwha (Corea del Sur): Decíamos en la introducción que, para algunos autores, el fenómeno del megalitismo no se limitaba a la Europa atlántica y el Mediterráneo occidental. El ejemplo más evidente de ello es la península de Corea, donde se calcula que existen unos treinta y cinco mil dólmenes, aproximadamente un cuarenta por ciento del total mundial. Aunque son muy posteriores a los europeos, pues están datados en el primer milenio antes de nuestra era, también tenían un propósito funerario y ritual. Algunos de los mejores ejemplos se encuentran en la isla de Gangwha, localizada al noroeste de Corea del Sur. Entre los aproximadamente ciento cincuenta ejemplares que pueden verse allí, destaca el denominado Sitio Histórico N.º 137, cuya cubierta mide siete metros de largo y recuerda a la del anteriormente mencionado dolmen de Brownshill.
Brú na Bóinne (Irlanda): Volvemos precisamente a Irlanda, concretamente al condado de Meath, para acercarnos hasta el lugar conocido como Brú na Bóinne. Este complejo megalítico comprende tres espectaculares túmulos, denominados Newgrange, Knowth y Dowth. Construidos en el Neolítico, el primero de ellos mide unos ochenta metros de diámetro y su interior incluye una tumba de corredor. No se queda atrás su vecino Knowth, de similares proporciones y diseño, pero rodeado de una veintena de tumbas más, así como varios centenares de petroglifos. Dowth es incluso mayor que los otros dos, aunque su estado de conservación es precario.
Ħal Saflieni (Malta): Quizás debido a su mayor aislamiento, las islas mediterráneas desarrollaron culturas megalíticas muy diferentes a las de la Europa atlántica. Las mejores muestras, aunque no las únicas, se encuentran en Menorca, Cerdeña y el archipiélago maltés. En este último abundan los templos megalíticos datados entre finales del Neolítico y comienzos del Calcolítico, cuya funcionalidad es todavía desconocida. Uno de los ejemplos más enigmáticos es el hipogeo de Ħal Saflieni, único templo subterráneo de la Prehistoria que se conoce en el mundo. Está ubicado en el municipio de Paola, al sudeste de la isla de Malta.
Anta da Herdade da Candeeira (Portugal): Los modelos de dólmenes cristianizados, o reutilizados como caseta de aperos e incluso como dormitorio, no son infrecuentes en el Alentejo portugués. En el municipio de Redondo, dentro del distrito de Évora, se encuentra el denominado Anta da Herdade da Candeeira, en uno de cuyos ortostatos posteriores puede verse un curioso orificio circular, a la manera de un coqueto ventanuco. ¿Fue en alguna época utilizado como eremitorio? Es posible, aunque quizás nunca se sabrá con seguridad.
Círculos megalíticos de Senegambia (Gambia / Senegal): No son demasiado abundantes los ejemplos de megalitismo en África, aunque existen algunas excepciones en Argelia, Túnez y Somalia. También existen unos extraños círculos de piedra a lo largo del río Gambia, en los estados de Gambia y Senegal. Aunque algunos expertos dudan de que sean megalitos, puesto que están datados entre el siglo III a.C. y el siglo XVI, la similitud de los cerca de treinta mil monolitos que pueden verse en la zona con los menhires es incuestionable.
Menhir de Er Grah (Francia): Indudablemente el más grande del mundo, al menos entre los que se han localizado hasta la fecha, el menhir de Er Grah yace dividido en cuatro trozos junto a la población de Locmariaquer, en Bretaña. A pesar de no hallarse en pie y estar seccionado, sus dimensiones impresionan al visitante. Mide un total de unos veinte metros de largo, de los cuales aproximadamente dieciocho y medio se encontraban a la vista cuando estaba erguido, y el peso conjunto de sus partes es de unas doscientas ochenta toneladas. Los expertos creen que fue levantado en el Neolítico y que dos o tres siglos después de su erección fue derribado, bien por un fenómeno natural o por una acción humana.
S’Ena e Thomes (Italia): La cultura megalítica de Cerdeña se expresa mediante una serie de peculiares construcciones dispersas por toda la isla. Unas de las más características son las popularmente conocidas como tumbas de los gigantes, sepulturas colectivas de la Edad del Bronce formadas por una única cámara sepulcral cuya zona de acceso presenta una forma semicircular que, al parecer, representaba la testuz de un toro. Una de las más interesantes es la denominada S’Ena e Thomes, localizada en las cercanías de Dorgali, al este de la isla.
Dolmen de Soto (España): Retornamos al megalitismo tradicional desplazándonos al suroeste de la Península Ibérica. Cerca de la población de Trigueros se encuentra el dolmen de Soto, uno de los mejor conservados en la provincia de Huelva. Cubierto por un túmulo artificial, tiene un corredor de cerca de veinte metros de longitud que lleva hasta una cámara de unos tres metros de diámetro. Está delimitado por cerca de setenta ortostatos, la mayor parte de ellos decorados con petroglifos y pinturas. Durante las excavaciones realizadas en el pasado se encontraron los restos de ocho personas acompañadas de sus correspondientes ajuares.
Alineamientos de Carnac (Francia): Completamos este recorrido cuasi onírico por el megalitismo deteniéndonos en los alineamientos de Carnac, considerados el monumento prehistórico más grande del mundo. Datados en el Neolítico, cerca de tres mil menhires se distribuyen en cuatro alineamientos, denominados Le Ménec, Kermario, Kerlescan y Petit Ménec. Están situados junto al pueblo homónimo, no lejos del menhir de Er Grah, dentro de ese enorme almacén megalítico que es Bretaña. Su funcionalidad real es desconocida y posiblemente así permanecerá para siempre, pero ¿a alguien le importa eso? A mí no, desde luego.