Sevilla (Municipio de Sevilla, Andalucía)
A pesar de que su origen es romano, pues fue fundada en el siglo I a.C. con el nombre de Hispalis, Sevilla alcanzó su esplendor en tiempos de al-Andalus. De esa época proceden edificaciones como la Giralda, antiguo alminar de la mezquita mayor reconvertido en campanario de la Catedral, o la Torre del Oro, auténticos símbolos de la ciudad hispalense. Su importancia se mantuvo tras la colonización de América, cuando se convirtió en la capital económica del reino de España. Tras una grave crisis ocurrida en el siglo XVIII, la población resurgió de sus cenizas en la segunda mitad del siglo XIX y se mantiene como una de las localidades españolas más destacadas en la actualidad. El patrimonio de Sevilla es tan vasto, que algunos expertos aseguran que su centro histórico alberga el mayor número de monumentos en Europa. Además de los mencionados, destacan los Reales Alcázares, el palacio real más antiguo del mundo que aún mantiene su función; el Archivo de Indias, que contiene decenas de miles de documentos que ocupan más de nueve kilómetros de estantería; y la magnífica Plaza de España, por derecho propio una de las plazas más bellas del mundo. Varios de ellos componen el conjunto patrimonial denominado Catedral, Alcázar y Archivo de Indias, que fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO hace unas décadas. Hoy día, la capital andaluza tiene algo menos de setecientos mil residentes y entre sus tradiciones hay que mencionar el flamenco y una sobresaliente gastronomía acorde con la dieta mediterránea.