Sericultura en la Ruta de la Seda
De gran arraigo en la Ruta de la Seda, que de su producto derivado tomó el nombre, la sericultura es el procedimiento mediante el cual se manufactura el tejido de seda. El proceso comienza con la cría de los gusanos de seda, que son alimentados con hojas de morera. Una vez que cada gusano ha confeccionado el capullo con el que pone fin a su fase larvaria, se procede a hervir éste y se extrae el filamento que lo forma. Estas fibras, que miden aproximadamente un kilómetro de longitud, se limpian, se hilan y se tiñen, dando como resultado el hilo de seda. Éste se utiliza para crear diferentes artículos, fundamentalmente tejidos o cortinas. Además de su importancia económica desde tiempos ancestrales, la sericultura contribuye a reforzar los vínculos entre artesanos, comerciantes y usuarios, por lo que está considerada un símbolo de cohesión social en esta zona del continente asiático.