Primero iglesia, más adelante mezquita y luego museo, no cabe duda de que Santa Sofía es una de las edificaciones más relevantes a nivel mundial. Ubicada en el lado europeo de la ciudad de Estambul, fue construida en el siglo IV y sirvió como catedral ortodoxa durante más de un milenio, exceptuando un paréntesis de unas décadas en el siglo XIII cuando fue reconvertida en catedral católica. Tras conquistar el imperio otomano la entonces ciudad de Constantinopla pasó a ser mezquita, y así se mantuvo durante cinco siglos. Finalmente, en 1931 fue desacralizada y cuatro años más tarde se constituyó un museo en su interior, hasta que en 2020 fue reconvertida en mezquita. Arquitectónicamente destaca por su espectacular cúpula y se dice de ella que cambió la historia de la arquitectura. Sobresalen también las muestras de la caligrafía conocida como Hüsn-i Hat que guarda en su interior.