Ejerciendo como separación entre la laguna litoral conocida como Mar Menor y el Mar Mediterráneo, el espacio natural denominado Salinas y Arenales de San Pedro constituye una zona húmeda compuesta por diferentes ecosistemas costeros. Destacan entre ellos las salinas propiamente dichas, una sucesión de dunas de varios kilómetros de longitud y las encañizadas, comunicación natural entre la laguna y el mar abierto donde se sigue ejerciendo un arte de pesca tradicional mediante cañas y redes. Su superficie terrestre presenta una importante biodiversidad, con abundancia de aves acuáticas y diversos endemismos florales del sureste peninsular, perfectamente adaptados a la aridez del terreno. Todos ellos conviven en un frágil equilibrio con los visitantes que se acercan a disfrutar de sus playas y los tradicionales baños de lodo. Hay que mencionar también la existencia de dos antiguos molinos salineros en buen estado de conservación, el molino de Quintín y el de la Calcetera. Las Salinas y Arenales de San Pedro se encuentran protegidas bajo las figuras de Parque Regional, Z.E.C. y Z.E.P.A e incluyen las Microrreservas de Flora Dunas de la Llana y Sabinar de sabina de Dunas.