Rotondas de autor
Hace aproximadamente década y media un reconocido crítico de arte acuñaba el término rotondismo para referirse a las numerosas rotondas presididas por esculturas que empezaban a surgir por toda España. Pocos años después, un blog, felizmente desaparecido, aprovechó la circunstancia para inventarse la palabra horrotonda, en un intento de menospreciar a las que ellos consideraban poco agraciadas. Puesto que esa web estaba integrada en un diario digital de izquierdas, no sorprende el hecho de que pusieran el punto de mira en las rotondas de Murcia. Aunque resulta más que plausible que el tiro les saliera por la culata, como lo prueban innumerables ejemplos repartidos por toda la geografía murciana.
Uno de los más característicos es el de la emblemática Plaza de los Cubos. Su origen se remonta a los años noventa del siglo XX, cuando se creó la primera rotonda circulatoria de Murcia. En ella se situó una escultura que muestra tres cubos de diferente tamaño y diseño. Puesto que el espacio surgido a su alrededor no recibió ningún nombre oficial, los murcianos comenzaron a referirse a ella como Plaza de los Cubos y así se quedó. Desde 2008, una avenida de algo más de un kilómetro de longitud la une con otra rotonda creada un año antes. Está presidida por una obra de Miquel Navarro conocida como Mantis debido a su aspecto. Hecha en acero y con una altura de treinta metros, simboliza la unión entre la ciudad y la huerta.
Inaugurada en 2006, Frouida es una obra de Cristóbal Gabarrón que representa a la ninfa de los torrentes y aguas termales homónima. Mide treinta metros de extremo a extremo por nueve metros de altura y está realizada en acero y fibra de carbono. Está situada en la rotonda del Ikea, así llamada por su cercanía al mencionado centro comercial, y el propósito del artista muleño era el de realizar un homenaje al trasvase Tajo-Segura, al parecer. Sin embargo, y a pesar de su vibrante colorido, no parece que lo consiguiera del todo y los murcianos, haciendo gala una vez más de su peculiar sentido del humor, empezaron a llamarla rotonda de la araña, apodo que ha conservado hasta la fecha.
Los vínculos que unen a la empresa cervecera Estrella de Levante con el municipio de Murcia están arraigados desde 1963, año en el que se inauguró su fábrica en la pedanía de Espinardo. Nada más adecuado, por consiguiente, que hacerle un homenaje en forma de la popularmente conocida como rotonda de la cerveza. Construida en 2011, en ella se muestra la primera caldera de cocción utilizada en la factoría, que fue recuperada y reparada a tal efecto. A su alrededor, decenas de botellas de la marca Estrella de Levante exhiben sus traseros en un despliegue de poderío. Detrás, la fábrica sigue produciendo cerveza a pleno rendimiento, como lo prueban sus chimeneas humeantes.
Unánimemente considerada uno de los mayores ejemplos de horrotonda que se han creado, la escultura Homenaje a los Poetas adorna una rotonda situada en la murciana Avenida Miguel Induráin. Despreciada, insultada y vejada por casi todos, esta escultura de José Lucas está realizada en acero, mide veinte metros y tiene un peso de unas treinta y cinco toneladas. Data de 2007 y, según su autor, homenajea de manera poco cotidiana a los poetas por ser los artistas más serios de todas las disciplinas. Fallecido hace unos meses, Pepe Lucas siempre fue consciente de su cualidad de incomprendido, aunque espero que llegara a notar el aprecio que una minoría sentimos por la que fue su obra más monumental.