Río Rhin
A pesar de no estar entre los ríos más largos de Europa, pues con sus mil doscientos treinta kilómetros de recorrido tan solo ocupa la decimocuarta posición en ese ránking, no cabe duda de que el Rhin es uno de los más carismáticos. Nacido en los Alpes suizos, queda constituido algo más abajo, tras juntarse los ríos denominados Rhin Anterior y Rhin Posterior. Poco después traza toda la frontera de Suiza con el oeste de Liechtenstein y con parte del oeste de Austria, para más adelante integrarse en el lago de Constanza. Hasta ese punto su descenso es vertiginoso, pues pasa de los más de tres mil cuatrocientos metros de altura en los que se sitúa su nacimiento a los apenas cuatrocientos en los que se encuentra el lago. Tras salir de éste vuelve a ejercer como frontera, esta vez entre Suiza y Alemania, hasta llegar a la ciudad de Basilea. A partir de aquí vira en un ángulo prácticamente recto hacia el norte y sirve como frontera entre Francia y Alemania durante unos doscientos kilómetros, hasta quedar integrado en este último país. En tierras germanas atraviesa varias ciudades importantes, como Mannheim, Mainz, Coblenza, Bonn, Colonia, Düsseldorf y Duisburgo, hasta internarse definitivamente en los Países Bajos. Allí se divide en tres brazos, denominados de arriba a abajo IJssel, Lek y Waal, para desembocar en el mar del Norte cerca de Rotterdam. Sus principales afluentes son el Ill, el Neckar, el Aar, el Mosela y el Ruhr, que contribuyen a su caudal medio de más de dos mil cien metros cúbicos por segundo. El río Rhin es navegable durante cerca de novecientos kilómetros, desde Basilea al mar del Norte, y está considerado la arteria fluvial más importante del mundo debido a su intenso tráfico de navegación.