Quebec (por Jorge Sánchez)
He visitado dos veces la encantadora ciudad de Quebec. La primera fue en 1984, junto a varias amigas quebequoises (de Montreal) que me enseñaron la parte vieja de la ciudad, y la segunda fue en este siglo XXI durante mi viaje en autostop a la Península del Labrador. Las fotos que muestro corresponden a esta segunda visita, pues de la primera, que eran fotos de papel, ya no conservo ninguna.
La primera vez coincidí un 24 de Junio, que se celebra en la ciudad de Quebec las fiestas locales de San Juan Bautista, y los indígenas precolombinos celebran el solsticio de verano. Nadie dormía por la noche, todo el mundo estaba en las cafeterías celebrando la noche. Por la mañana mis amigas me llevaron a visitar las atracciones turísticas de Quebec.
Me gustaban las calles con dibujos en las paredes, el castillo de Frontenac, y sobre todo pasear por las orillas del río San Lorenzo donde ese día había una concentración de veleros de diversos países del mundo, como el buque escuela español Juan Sebastián Elcano. En una calle peatonal descubrí una estatua dedicada a Louis XIV, y otra al fundador de la ciudad de Quebec, Samuel de Champlain. No dejé asimismo de entrar en el Museo del Fuerte y en la Basílica de Notre Dame.
Pero lo mejor, lo confieso, fueron las dos noches que pasé allí callejeando con mis amigas por la «Basse Ville», o zona baja del Vieux Québec. La última vez, en el siglo XXI, sólo pasé una mañana en Quebec antes de reanudar el autostop hasta Goose Bay, en Labrador, lo que me tomó cinco días sin parar.