«Que por mayo era, por mayo
Cuando hace la calor
Cuando los trigos encañan
Y están los campos en flor» (Anónimo)
Quinto mes del año en el calendario gregoriano, mayo fue probablemente llamado de esta manera en honor a la diosa griega Maia, cuya festividad se celebraba en esta época. Sin embargo, el poeta Ovidio sugiere otra etimología, según la cual su denominación proviene del término latino maiores, en contraposición a su sucesor Junio, que derivaría de iuniores. Sea como fuere, ya desde la época romana el mes de mayo estaba pleno de celebraciones y festividades. Entre ellas hay que mencionar Rosalia, festival de rosas que tenía lugar los días once y veintidós del mes; la festividad de Bona Dea, versión romana de la mencionada Maia; y Floralia, festival en honor de la diosa Flora, celebrado a caballo entre los meses de abril y mayo. Para no ser menos, la Iglesia católica dedicó este mes a la Virgen María, incluyendo festejos donde las ofrendas florales tienen un papel predominante.
Las tradiciones que tienen lugar durante buena parte de las treinta y una jornadas que componen el mes de mayo se fueron prolongando en el tiempo y muchas de ellas han llegado hasta nuestros días. Por orden cronológico, durante la madrugada del primer día del mes, y en algunos lugares a lo largo de toda la jornada, se celebra la festividad de Los Mayos en diversos puntos de España. Es el caso de la localidad cacereña de Valencia de Alcántara, donde diversos rincones de la villa aparecen decorados con muñecos rellenos de paja, que son cuidadosamente colocados en esos lugares para denunciar en tono satírico situaciones ocurridas durante los doce meses precedentes. Aunque su origen es desconocido, los antecedentes de esta fiesta parecen situarse en la Guerra de la Independencia española.
Tan solo dos días más tarde, las calles de la mencionada población aparecen engalanadas con numerosos adornos florales en forma de cruz. Esta celebración es conocida como Cruz de Mayo y sus orígenes se remontan a la época precristiana, cuando se festejaba la mitad de la primavera mediante símbolos totémicos adornados con flores. Con la llegada del cristianismo, el soporte de esos adornos florales pasó a ser una cruz, dando como resultado un ejemplo más de ese sincretismo religioso que ha acompañado al ser humano durante su trayectoria vital. En el caso concreto de Valencia de Alcántara, las cruces suelen ir acompañadas de útiles tradicionales como remembranza de una forma de vida que, por suerte o desgracia, ha pasado al olvido.
Con ligeras variantes, pero una base común, la festividad de la Cruz de Mayo se celebra en muchos otros lugares de España. En el caso de Murcia, el mes de mayo es recibido con la instalación de numerosos altares y cruces realizadas con flores. Generalmente, los adornos florales decoran las portadas de las iglesias, pero también pueden verse en otros puntos de la ciudad murciana y sus pedanías. Habitualmente van acompañados de rondallas y cuadrillas, que durante la madrugada del primer día del mes interpretan los denominados Mayos, composiciones musicales dedicadas a la Virgen María. La inauguración oficial del festejo suele realizarse en el santuario de la Fuensanta, con los miembros de una peña huertana cantándole a la Virgen y la presencia de las recién nombradas Reina de la Huerta acompañadas por sus cortes de honor.
Durante el mes de mayo, concretamente cada día quince, se celebra también la festividad de San Isidro, patrón de los labradores. En diversos lugares en los que la agricultura es una actividad habitual suelen llevarse a cabo romerías dedicadas a la figura del santo. Es el caso, de nuevo, de Valencia de Alcántara, donde esta tradición se remonta hasta mediados del siglo XX. Tras una misa acompañada por las voces del grupo folclórico local Juéllega Extremeña, una populosa comitiva encabezada por una imagen de San Isidro, a la que siguen jinetes y numerosas carrozas decoradas con motivos agrarios, desfila por diversas calles de la localidad. Como nacido en mayo y, por consiguiente, amante de las flores y los festejos que se suceden a lo largo del mes más hermoso del año, no puedo evitar emocionarme cada vez que he tenido ocasión de contemplarla.
