Resto de lo que debió ser un fastuoso palacio, Qasr Hisham está localizado a las afueras de la ciudad palestina de Jericó. Fue construido a mediados del siglo VIII por encargo de Walid ibn Yazid, sobrino del califa omeya Hisham ibn Abd al-Malik, a quien posteriormente reemplazaría en la dirección del califato. Su diseño se inspiró en las villas romanas y el complejo incluía mezquita, termas, fuentes y jardines. Destaca su ornamentación, considerada entre las mejores del periodo omeya y que incluye diversos mosaicos, así como varias estatuas en estuco. Disponía también de un imaginativo sistema de riego que aprovechaba el agua procedente de tres fuentes. Aunque resultó afectado por un terremoto ocurrido poco después de su construcción, los expertos indican que el palacio siguió siendo utilizado al menos durante doscientos cincuenta años con posterioridad. A falta de confirmación, los últimos estudios sugieren que la edificación quedó destruida tras uno de los cuatro terremotos sucedidos en la zona a lo largo de la década de los treinta del siglo XI.