Con cerca de ochocientos metros de longitud distribuidos en tres tramos, el puente romano sobre el Guadiana de Mérida es el más largo que ha llegado hasta nuestros días entre los construidos en aquella época. Fue diseñado a finales del siglo I a.C., al mismo tiempo que la civitas de Augusta Emerita, a la que comunicaba con otras poblaciones importantes a través de la Vía de la Plata. Está situado en una zona poco profunda del río Guadiana, sobre cuyas aguas se eleva más de diez metros de altura media. En la actualidad, cuenta con un total de sesenta arcos que descansan sobre pilas cuadradas o rectangulares. El tramo que representa más adecuadamente su imagen original es el que se extiende entre el centro histórico de la ciudad y una isla del río, a la que se accede por el conocido como Descendedero del Humilladero.