Ponte Sant’Angelo (Roma, Italia)
Encargo del propio emperador Adriano para dar acceso a su mausoleo, el actualmente denominado Ponte Sant’Angelo fue construido a finales de la primera mitad del siglo II de nuestra era. Inicialmente se le llamó Pons Aelius y más adelante fue conocido como Pons Sancti Petri, debido a que los peregrinos tenían necesariamente que cruzarlo para alcanzar la basílica de San Pedro. A finales del siglo VI se adoptó su denominación actual, debido a una leyenda que asegura que un ángel se apareció en las inmediaciones para anunciar el final de una plaga. En el siglo XVI se le añadieron las estatuas de San Pedro y San Pablo, así como las de los cuatro evangelistas y las de Adán, Noé, Abraham y Moisés, que fueron sufragadas por el Papado. Un siglo después se erigieron sobre él las figuras de diez ángeles, dos de los cuales fueron obra de Bernini. Arquitectónicamente hablando, el puente se sustenta sobre cinco arcos, tres de los cuales son de la época en la que fue construido, y está recubierto de mármol travertino. Mide ciento treinta y cinco metros, suficientes para salvar la anchura del río Tíber en la zona, y tiene siete metros de altura. Enlaza los distritos romanos de Borgo y de Ponte, este último así denominado en su honor.