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Práctica tradicional en Bohemia, especialmente en su zona norte, la fabricación artesanal de perlas de vidrio soplado para la decoración de los árboles de Navidad se viene realizando al menos desde el siglo XVIII. Básicamente, consiste en calentar un tubo de vidrio que más tarde se introduce en un molde de latón para que adquiera una forma determinada. Así se consigue un conjunto de perlas, o pequeñas bolas navideñas, que tendrán diferente forma y tamaño dependiendo del molde utilizado para producirlas. El conjunto se decora a mano y puede dejarse formando un todo o cortarse en piezas individuales que, a su vez, sirven para componer figuras como flores o estrellas al unirse unas con otras. Esta técnica tradicional se ha venido transmitiendo desde antaño en el entorno familiar, aunque el número de talleres está decreciendo. El resultado de su trabajo suele estar presente en los mercadillos navideños que se celebran en diferentes localidades de la República Checa.