Así denominado debido a su ubicación en el valle homónimo, el castillo Peleș fue edificado a finales del siglo XIX en las inmediaciones de la población rumana de Sinaia. Su propósito era el de servir como residencia de verano para la familia de Carol I y fue residencia real hasta mediados del siglo XX, cuando Miguel I fue obligado a abdicar por parte del régimen comunista que se hizo con el control del país. Tras la caída de éste, fue abierto al público. Construido en estilo neorrenacentista, consta de unas ciento sesenta habitaciones y más de treinta cuartos de baño, distribuidos en una superficie de tres mil doscientos metros cuadrados. Destacan también sus siete terrazas, profusamente decoradas con jardines y mármoles. Como curiosidad, se le considera el primer edificio de su estilo en Europa que dispuso de energía eléctrica y ascensor.