París (Región de Île-de-France, Francia)
Habitualmente conocida con el sobrenombre de la ciudad de la luz, París es la capital de Francia y una de las ciudades más reconocidas y visitadas del mundo. Al parecer, su denominación procede de un término galo que se traduciría como caldero. Sus fundadores fueron la tribu celta de los parisios, quienes se establecieron a orillas del Sena, justamente en los alrededores de la Île de la Cité, allá por el siglo III a.C. Más tarde llegaron los romanos, quienes la llamaron Lutecia, que fueron sucedidos por los francos, quienes la convirtieron en su capital. Tras ser parcialmente destruida por los normandos, fue fortificada durante los siglos XIII y XIV. Su diseño urbano sufrió una remodelación en el siglo XVI, que le dio el impulso necesario para llegar a convertirse en la metrópoli que podemos ver hoy día. El centro histórico se estructura en torno a una serie de calles y plazas entre las que cabe mencionar los Campos Elíseos o la Place de la Concorde. Patrimonialmente hablando, la urbe parisina no tiene nada que envidiar a cualquier otra localidad del mundo. Sobresalen extraordinarias muestras de arquitectura religiosa, entre las que se encuentran la Catedral Notre-Dame, la Sainte-Chapelle, la iglesia de Saint-Germain-l’Auxerrois, la iglesia de La Madeleine, la iglesia de Saint-Julien-le-Pauvre y la basílica del Sagrado Corazón de Montmartre. No se queda atrás la arquitectura civil, con ejemplos tan destacados como el Ponts des Arts, el Arco de Triunfo, la Torre Eiffel, Los Inválidos, la Gare d’Orsay y el Instituto de Francia. Algunos de los museos más importantes del mundo, como el Museo del Louvre o el Musée d’Orsay, tienen su sede en la capital gala. En cuanto a sus tradiciones, sobresale su afamada gastronomía, con delicias como la valorada baguette. Aproximadamente doce millones y medio de personas tienen su residencia en París, que se ha convertido en uno de los motores económicos tanto de Francia como a nivel mundial.