Probablemente la construcción más representativa de Dubrovnik, el magnífico Palacio del Rector fue edificado en su versión actual a mediados del siglo XV. Desde su inauguración y hasta la primera década del siglo XIX sirvió como sede del Rector, que actuaba como cabeza del poder ejecutivo de la República de Ragusa. Diversas otras entidades oficiales también estaban ubicadas en sus instalaciones, convirtiéndolo en la principal edificación de un estado que se mantuvo operativo durante casi quinientos años. Fue construido sobre un edificio anterior, que había servido para el mismo propósito desde el siglo XIV y fue destruido por un incendio. En diferentes lapsos de tiempo albergó un polvorín y una prisión, entre otras funcionalidades. Resultó dañado durante los terremotos ocurridos en los siglos XVI y XVII, habiendo de ser restaurado en estilo barroco tras este último. Desde finales del siglo XIX aloja las instalaciones del Museo de Historia de Dubrovnik.