Aislado en lo alto de un roquedo granítico a las afueras de Torrelodones, el palacio del Canto del Pico se ubica en el punto más elevado del municipio torrelodonense, a más de mil metros de altura. El responsable de su construcción fue el conde de las Almenas, quien a comienzos del siglo XX contrató a canteros de la zona para que se encargaran de las obras, realizadas con el abundante granito disponible en el entorno. La intención de su propietario era que el edificio sirviera para almacenar su colección de arte, pero su importancia fue trascendiendo. Tras morir allí el político Antonio Maura, el palacio fue incautado por el mando republicano durante la Guerra Civil, sirviendo como cuartel general al preboste socialista Indalecio Prieto. Tras la muerte del único hijo y heredero del conde de las Almenas, ocurrida inmediatamente después de finalizar la contienda, el noble cambió su testamento y dejó la propiedad a Francisco Franco como herencia. Al fallecer el dictador pasó a manos de sus nietos, que poco a poco lo fueron dejando en el estado de abandono en el que aún hoy se encuentra. Actualmente es propiedad de un particular, que intentó reconvertirlo en hotel sin éxito, y su estado amenaza ruina a pesar de haber sido declarado Monumento Nacional en 1930.