Exteriormente de aspecto austero, el Palacio de la Cotilla guarda un exótico tesoro en su interior. La edificación está localizada en la ciudad de Guadalajara, donde fue construida en el siglo XVII en unos terrenos que habían pertenecido a la dama Inés de la Cotilla, de ahí su nombre. Sufrió algunas reformas posteriormente, que no afectaron en exceso a su estructura ni su imagen actual. Sus estancias se transformaron en las diferentes salas que alberga en la actualidad, entre las que destaca el salón de té o salón chino. Éste se halla cubierto casi en su totalidad por papel pintado con motivos de la China medieval, de acuerdo con la decoración predominante en la dinastía Qing. En uno de sus laterales existe un pequeño escenario donde se celebraban conciertos, según los gustos de finales del siglo XIX.