Edificado en la primera mitad del siglo XVIII por encargo del zar Pedro I el Grande, el Palacio de Invierno es una de las construcciones más impresionantes del mundo. Con vistas a la Plaza del Palacio, su fachada se extiende a lo largo de doscientos quince metros y se eleva unos treinta. Su interior se lo reparten mil quinientas habitaciones, a las que se accede mediante aproximadamente ciento veinte escaleras y que cuentan con un número de puertas y otro de ventanas que se aproxima a las dos mil unidades. Fue la residencia oficial de la familia real rusa durante casi doscientos años, hasta los luctuosos hechos acaecidos en 1917 durante la revolución rusa. Desde mediados del siglo XVIII alberga numerosas obras de arte acumuladas por los zares, que con el tiempo han dado lugar al renombrado Museo del Hermitage.