Localizada en el Gran Valle del Rift, la garganta de Olduvai se extiende por aproximadamente cincuenta kilómetros al norte de Tanzania. En la actualidad, dibuja un escenario bastante erosionado y poco exuberante, por lo que probablemente pasaría desapercibida si no fuera por un hecho sucedido a finales de la tercera década del siglo XX. Fue entonces cuando los paleontólogos Louis y Mary Leakey, que habían llegado hasta este lugar siguiendo los pasos del geólogo alemán Hans Reck, comenzaron unos estudios que se prolongaron durante varias décadas y culminaron con el descubrimiento de los primeros ejemplares de Homo habilis, datados en aproximadamente dos millones de años. Posteriores hallazgos confirmaron la importancia de la garganta de Olduvai para el conocimiento de esa especie animal que ahora denominamos ser humano.