Bucólico lugar sin duda, Zaanse Schans ofrece al visitante la imagen más típica y tópica de los Países Bajos. Se encuentra situado a mitad de camino entre Ámsterdam y Alkmaar, junto a la localidad de Zaandam, de la que forma parte. Curiosamente, su nombre refiere al uso del río Zaan como primitiva fortificación durante la guerra de ochenta años que enfrentó a los habitantes de la zona con tropas españolas a mediados del siglo XVI y comienzos del XVII. Actualmente, existen en este lugar diversos molinos de viento, algunos de los cuales presumen de dos siglos de antigüedad, que están dedicados a varias funcionalidades. Entre ellos destaca el conocido como De Kat, único en el mundo que continúa proporcionando pigmentos a partir de materias primas tales como la tiza y otras. En esa función y el mantenimiento de los molinos resulta fundamental la tarea del molinero, oficio tradicional en retroceso pero que desempeña un papel vital como aglutinante identitario en la sociedad neerlandesa.