Cercano a la carretera que lleva hasta la pedanía valenciano-alcantarina de La Fontañera, el denominado Valle de San Benito alberga aproximadamente una decena de tumbas antropomorfas. Se trata de sepulcros excavados en la roca granítica habitual en la zona, dedicados tanto a adultos como a niños y algunos de los cuales muestran incluso una especie de almohadillado para la cabeza y los pies. Probablemente estaban recubiertos con una tapa también granítica y, aunque su datación es desconocida, algunos expertos se aventuran a situarlos en el periodo paleocristiano, en torno al siglo VI. Debido a la proximidad existente entre ellos, conforman una necrópolis en toda regla.