Necrópolis de la muralla del Kremlin (Moscú, Rusia)
Resguardadas bajo un bosquecillo de abetos, las tumbas de un reducido grupo de prebostes comunistas soviéticos se alinean en un lateral de la Plaza Roja moscovita. Improvisado cementerio ateo desde 1917, inicialmente fue el lugar de enterramiento de las víctimas de la revolución bolchevique ocurrida en esa fecha. Los entierros comunitarios continuaron durante unos pocos años, hasta que a partir de 1925 se olvidaron las fosas comunes y comenzaron a aparecer sepulturas individuales, generalmente en forma de cenizas guardadas en una urna. En total, ciento siete hombres y ocho mujeres fueron inhumados en este lugar a lo largo de seis décadas. El primero en disfrutar de tal honor fue Miron Vladimirov en 1925 y el último Constantin Chernenko, en 1985. Entre ambos, numerosos ilustres, destacando Mijail Frunze, Felix Dzerzhinsky, Mijail Kalinin, Valentina Tereshkova, Leonid Brezhnev, Yuri Andropov y Iosif Stalin. Mención especial merece Lenin, cuyo cadáver embalsamado se encuentra expuesto en su propio mausoleo junto a la necrópolis. ¿Ordenará Putin ser inhumado en este lugar tras su fallecimiento? Ya se verá.