Naqsh-e Rostam (Provincia de Fars, Irán)
Denominado el retrato de Rostam porque los antiguos persas pensaban que los bajorrelieves sasánidas presentes en el lugar representaban a una divinidad de tal nombre, este sitio arqueológico alberga los sepulcros de cuatro caudillos aqueménidas, presuntamente y de izquierda a derecha Darío I, Jerjes I, Artajerjes I y Darío II. Situadas a una altura considerable, las tumbas se sitúan en el centro de una cruz labrada en la roca que da paso a una cámara donde se albergan los sarcófagos reales. Bajo cada una de ellas existen unos grabados sasánidas del siglo III que muestran escenas de la corte real. Completa el conjunto la estructura denominada Ka’ba-i-Zartosht, creada muy posiblemente en el siglo V a.C. y que hace referencia al mazdeísmo, religión practicada por los caudillos aqueménidas de aquella época. Junto al vecino Naqsh-e Rajab es candidato para ser declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO desde 1997.