Naadam (por Jorge Sánchez)
He tenido la fortuna de participar en dos ocasiones en el festival anual mongol de Naadam, aunque no en el estadio de Ulaanbaatar, sino una vez en la provincia donde nació Chinguis Jaan (la pronunciación de Gengis Kan no es correcta) y la otra en el interior de la formación de gigantescas rocas de granito de Ikh Gazriin Chuluu, en el sur, en dirección a Dalanzadgad.
La base del festival es la práctica de tres deportes mongoles tradicionales, como son el tiro al arco, la lucha masculina y las carreras de caballos, aunque también he visto doma de camellos con ordeño de camellas, unos juegos de mesa con huesos de cabra, además de cantos guturales y recitación de poesías, todo acompañado con violines y otros instrumentos musicales tradicionales mongoles. Los ganadores reciben albricias por parte de los jueces del festival. Las gentes se visten con trajes típicos y es todo un espectáculo folclórico asistir y ver a los nativos disfrutar y compartir con ellos el kumis (licor de yegua fermentado) entrando en sus gers o yurtas, donde todo visitante, sobre todo extranjero, es bienvenido e invitado a comer galletas y queso.
Por lo general el festival dura dos días y dos noches y todo es colorido, gracioso, entrañable. Las gentes se instalan en sus gers o yurtas, pues la celebración, en las rocas sagradas de Ikh Gazriin Chuluu, son familiares y una oportunidad para reunirse, disfrutar y platicar.