Complejo instrumento de viento que genera sonidos al conducir el aire insuflado a través de unos tubos, el órgano entra también en la categoría de instrumentos de teclado. Gracias a uno o varios conjuntos de teclas se seleccionan las notas, que varían dependiendo del tubo al cual se le inyecta el aire. Los órganos suelen ser fijos y se adaptan al lugar donde vayan a instalarse, aunque también los hay portátiles con un número muy inferior de tubos. Éstos pueden ser hasta decenas de miles en el primer caso, mientras que el segundo se limitan a una o dos docenas. La fabricación de un órgano es un proceso laborioso, que se ha venido efectuando desde hace siglos en lugares como Alemania, donde actualmente hay unas cuatrocientas empresas dedicadas a su producción. Los sonidos que desprende el instrumento están muy relacionados con su fábrica, pues cada órgano es una entidad única. Generalmente, su música está destinada a conciertos y ceremonias religiosas, pero también puede ser interpretada por los organistas en diferentes festividades. El aprendizaje de cara a la fabricación del instrumento suele llevarse a cabo en los propios talleres, mientras que la técnica musical se aprende en los conservatorios o bajo la supervisión de un profesional.