Fue Desiderio, rey de los lombardos, quien encargó la construcción de un monasterio dedicado a San Salvatore en la ciudad también lombarda de Brescia. Sucedía esto a mediados del siglo VIII y como primera abadesa del cenobio se eligió a Anselperga, hija del mencionado rey y su esposa Ansa. Pocos años más tarde, el rey franco Carlomagno derrotó a los lombardos, aunque respetó la institución, que siguió incrementando su prestigio. Diversas remodelaciones fueron efectuadas en los siglos XII y XV, hasta que a finales del siglo XVI todo el conjunto monástico fue ampliado y reconvertido en otro cenobio, dedicado en este caso a Santa Giulia. A finales del siglo XVIII el monasterio fue abandonado por sus ocupantes y un siglo más tarde reconvertido en museo. Ya bien entrado el siglo XX el recinto se rehabilitó de nuevo. Del complejo original se mantiene en buen estado la iglesia, que mantiene sus tres naves rematadas por un triple ábside. Se conservan también diversos frescos, algunos de la época carolingia, entre los que cubrían por completo el interior del templo, considerado uno de los más importantes conjuntos ornamentales de la Alta Edad Media en la zona.
