Inmerso en un entorno privilegiado, el monasterio de Prislop fue construido en la segunda mitad del siglo XVI por encargo de Domnița Safira, hija del voivoda Moise Vodă de Valaquia. Resulta probable que en su lugar existiera un cenobio anterior, puesto que Safira, debido a su condición femenina, no podía fundar un monasterio masculino. Su propósito era el de pasar sus últimos años de vida y ser enterrada allí, hecho probado por una lápida que todavía se encuentra en el interior del recinto monacal. Éste se estructura en torno a la iglesia, construcción original del siglo XVI que está dedicada a la advocación de San Juan el Teólogo. Bastante más modernas son las edificaciones que sirven como vivienda a las monjas residentes actualmente en el complejo. Carece éste de muralla exterior, aunque debió tenerla originalmente, tal y como era habitual en los monasterios rumanos de la época. Tras estar dedicado al credo ortodoxo en sus inicios, el monasterio de Prislop fue reconvertido en greco-católico a principios del siglo XVIII. Así se mantuvo hasta 1948, cuando volvió a la Iglesia ortodoxa rumana bajo la dirección del abad Arsenie Boca. Once años más tarde el cenobio fue cerrado por orden del régimen comunista rumano y transformado en asilo. Desde hace cerca de medio siglo está habitado por una comunidad de monjas y en los últimos tiempos se ha convertido en lugar de peregrinación a la tumba del mencionado Arsenie Boca, que además de monje fue un reconocido artista y decorador de iconos local.