Antiguamente protegida por una muralla de la que aún se conservan lienzos, la medina de Sousse es una de las mejor conservadas en el estado norteafricano de Túnez. Comprende un conjunto de edificaciones que en algunos casos se remontan al siglo IX, época en la que el Islam se instaló en esta zona del Magreb. Entre las más interesantes se encuentra el ribat, construcción fortificada donde se imbricaba lo religioso con lo militar, en el que destaca su torre, que servía a efectos tanto de vigilancia como de alminar. Cerca de ella se halla la Gran Mezquita, construida a mediados del siglo IX según detalla una inscripción kúfica en el patio. Para su edificación se reutilizó una antigua kasbah, lo que explica su aspecto de fortaleza, y carece de minarete, siendo la torre anteriormente mencionada la usada para convocar a los fieles al culto. El viajero interesado por la gastronomía debería intentar especialidades locales como el cuscús.