Medina Azahara (por Jorge Sánchez)
Este fantástico lugar arqueológico se encuentra a unos 8 kilómetros de Córdoba. A la llegada se ha de obtener un billete gratuito para poder visitar las ruinas. En una sala de cine te muestran un documental muy didáctico, de unos 20 minutos de duración, acerca de la historia de la ciudad y de su esplendor durante los 70 años que existió antes de ser destruida y saqueada en el 1010 a causa de una guerra civil. En el documental (en español con subtítulos en inglés) nos contaron que durante el siglo X Abderramán III se auto nombró califa y ello requería la construcción de una ciudad egregia, a la que llamó Azahara (que significa brillante) para ser digna capital de un califato.
Tras el vídeo, los mozos del centro te conducen a un museo consistente en dos plantas donde se recoge todo el material que se pudo rescatar de Medina Azahara, como vasijas, cerámicas y figuras metálicas. Por desgracia, las mejores figuras las robaron los soldados de Napoleón y hoy se exhiben en el Museo del Louvre, París. Hay también en ese complejo una cafetería y una tienda donde venden libros y souvenires. Una vez afuera se ha de acceder en autobús (el importe del pasaje es muy barato, de poco más de 1 euro) hasta la entrada a las ruinas, en lo alto de tres terrazas. Desde allí arriba uno no puede menos que lamentar la destrucción de la ciudad esplendorosa que debió ser durante su corta vida en el siglo X. Sólo vi fachadas y paredes, restos de palacios, mezquitas y salones regios, pero sin cubrir.
En sus tiempos, Medina Azahara representó uno de los mayores centros gubernamentales más importantes del mundo.
Iba siguiendo los letreros que me conducían a la parte residencial (como el palacio, o las casas de los ministros), y a la parte pública. También vi los restos de la mezquita. A pesar de todos los saqueos sufridos, los restos de Medina Azahara me produjeron una sensación muy grata por la armonía de las formas de los pórticos. La visita normal puede tomar una hora, y ese fue el tiempo que yo pasé antes de regresar a Córdoba.