Al igual que ocurre en otras muchas localidades transilvanas, los orígenes de Mediaș se sitúan en el siglo XIII. Aunque su denominación proviene del húngaro Medgyes, que significa algo así como cereza ácida, sus primeros pobladores fueron sajones de Transilvania, que habían sido allí enviados por el monarca húngaro de la época. A diferencia de otros asentamientos de la zona, Mediaș fue creciendo sin demasiadas dificultades y no resultó demasiado afectada durante las habituales contiendas con los invasores otomanos. Su población actual es de algo menos de cuarenta y cinco mil habitantes, aunque hace aproximadamente medio siglo superaba los sesenta y cinco mil. Esta despoblación es debida, entre otras razones, al abandono de los residentes de origen sajón, que volvieron a tierras germanas tras la caída del comunismo en Rumanía y actualmente representan menos del dos por ciento de los habitantes. Entre sus puntos de interés sobresale especialmente su iglesia fortificada, dedicada a Santa Margarita y uno de los mejores ejemplos del gótico en Transilvania, sus bien conservadas fortificaciones medievales, que incluyen hasta diecisiete torres y bastiones, y la encantadora y ajardinada Piața Regele Ferdinand I.
