Mashhad (por Jorge Sánchez)
El que viaje por Irán, además de Teherán, debe también visitar su segunda ciudad, Mashhad, de unos 3 millones de habitantes, si quiere conocer mejor el país. Es como viajar a España; además de Madrid hay que visitar la segunda ciudad española por población, que es Barcelona. Tengo que reconocer que Mashhad no tiene muchos atractivos turísticos; más bien posee solo uno. Pero ¡ah!, ese uno es formidable, se trata del Santuario del Imán Reza, erigido a inicios del siglo IX, que alberga el mausoleo del Imán Reza, más la mezquita de Goharshad, un museo, una universidad, comedores para los peregrinos y otras instalaciones.
Mashhad significa «mártir» en persa, nombre dado a la ciudad debido al asesinato (por envenenamiento) del Imán Reza. Antes, en la ubicación del actual santuario había un templo de la religión de Zoroastro. El lugar, en medio de un oasis, constituía entonces un caravanserai en la Ruta de la Seda. El Imán Reza fue un descendiente del profeta Mahoma y el octavo imán de los chiitas.
Para entrar en el santuario tuve que dejar mi bolsa en una consigna y me previnieron de no llevar cámara de fotos, por lo que la dejé dentro de mi pequeña bolsa de viaje. Mas una vez adentro observé que todos los iraníes hacían fotos con el teléfono móvil. O sea, la prohibición no era el tomar fotos sino hacerlo con una cámara ordinaria. Pasé al menos dos horas en el interior visitando todos los vericuetos del complejo. Muchos fieles y peregrinos se echaban cabezadas sobre las alfombras de la mezquita, o bien se instalaban sobre una gran plazoleta a descansar y charlar, y hasta los vi chateando con el móvil enviando «emilios» y «guasas». Las formas del santuario eran bellas. Me encantó el pórtico de la mezquita, que se asemejaba a otros pórticos que se pueden ver en las mezquitas y madrasas de Asia Central.
Tras esta visita me dirigí caminando a la estación de trenes, que estaba muy cerca, y abordé uno nocturno a la ciudad de Yazd.