La capital filipina fue fundada por los españoles durante la segunda mitad del siglo XVI, en el lugar donde actualmente está situado el distrito de Intramuros. Allí se han conservado parte de las construcciones que formaban la antigua ciudad colonial, como el fuerte de Santiago, la iglesia de San Agustín o las situadas alrededor de la plaza de Roma, entre las que se encuentra la catedral. En la actualidad cuenta con cerca de dos millones de habitantes, localizados en su mayor parte en el extrarradio. Uno de sus símbolos de identidad son los jeepneys, especie de microbuses que constituyen el medio de transporte más popular y barato para moverse. Su origen está en los jeeps dejados allí por las tropas estadounidenses tras la Segunda Guerra Mundial, que fueron convenientemente tuneados y adaptados a las necesidades locales. En la actualidad se siguen fabricando, generalmente usando para ello camiones japoneses de segunda mano, y han devenido en todo un símbolo de la cultura local.