Apenas doscientos cuarenta y seis kilómetros cuadrados de superficie convierten a Malta en la isla más extensa del pequeño estado mediterráneo homónimo. En ella se encuentra también el punto más alto del país, denominado Ta’Dmerek y que se eleva tan solo doscientos cincuenta y tres metros sobre los escarpes de Dingli. Son éstos uno de los mejores ejemplos de los acantilados habituales en la costa maltesa, generalmente formados por roca caliza y algunos de los cuales llegan a alcanzar un centenar de metros sobre el nivel del mar. En la zona norte se extienden a lo largo de doce kilómetros las denominadas Líneas Victoria, serie de fortificaciones que se alinean a lo largo de una barrera natural conocida como Gran Falla y que fueron construidas por los británicos a finales del siglo XIX. La principal población de la isla es La Valeta, que actúa como capital del estado maltés. Merece destacar también Marsaxlokk, pueblo de pescadores situado al sudeste de Malta. No hay que olvidar tampoco la población amurallada de Mdina ni la vecina Rabat, templos megalíticos como los de Bugibba y Mnajdra, así como el parque temático Popeye Village.