Salvando las distancias, Macao es una especie de ciudad-estado, aunque en su caso el estado está sustituido por lo que llaman una Región Administrativa Especial de China. La población se extiende sobre una superficie de poco más de treinta kilómetros cuadrados y cuenta con aproximadamente seiscientos ochenta mil habitantes, que la convierten en el lugar de mayor densidad poblacional del mundo. Este territorio se reparte entre la península de Macao y las islas de Taipa y Coloane, todas ellas unidas mediante puentes entre los que destaca el denominado Ponte da Amizade. La ciudad creció administrada por los portugueses, que se asentaron en ella a mediados del siglo XVI y allí se mantuvieron hasta finales del siglo XX. Debido a ello son frecuentes las muestras de arquitectura colonial, especialmente en el centro histórico local, donde destaca la antigua fachada de la iglesia de San Pablo. La economía de Macao está basada en el sector servicios, especialmente en el turismo y el juego. Ambos han llevado a que Macao tenga una de las rentas per capita y una de las esperanzas de vida más altas del mundo. Culturalmente, la identidad china se está imponiendo últimamente y el acervo macaense se va perdiendo, aunque todavía se mantienen aproximadamente un diez por ciento de cristianos en el territorio. Entre muchas otras, las tradiciones locales incluyen la ceremonia del té chino, la práctica del taijiquan y la arquitectura de madera.