A pesar de ser un embalse artificial, creado hace aproximadamente medio siglo con fines hidroeléctricos, el lago Vidraru cuenta con atractivos suficientes para no decepcionar al visitante. Situado en la provincia rumana de Argeş, está perfectamente integrado en una zona boscosa donde el impacto del desarrollo humano es apenas perceptible. Las corrientes de agua que lo surten bajan desde las cumbres creando en ocasiones pequeñas cascadas de gran belleza. Para acrecentar la imagen bucólica del lugar, la cabecera del lago está guardada por la impresionante mole de las montañas Făgăraș, donde se encuentran las cimas más elevadas de los Cárpatos rumanos con especial mención para los picos Moldoveanu y Negoiu, ambos por encima de los dos mil quinientos metros.