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Localmente denominado Lac Retba, el mundialmente conocido como Lago Rosa está situado en la península senegalesa de Cabo Verde. Todo visitante a esta región que se precie debería hacer una parada en este lago, de apenas tres kilómetros cuadrados de superficie pero cuyas connotaciones simbólicas son evidentes. La culpa la tienen unas algas del tipo Dunaliella salina, que son las que le proporcionan a sus aguas esa tonalidad rosácea tan característica. Ésta se muestra en plenitud durante la estación seca, cuando el calor hace que estos organismos se desarrollen con facilidad. La alta salinidad del lago permite que los cuerpos sólidos puedan flotar en el agua sin dificultad. También les proporciona a los habitantes del entorno su medio de vida, mediante la extracción de sal a pequeña escala que habitualmente realizan las comunidades radicadas en sus orillas.