Lago Baikal (por Jorge Sánchez)
Nadie que viaje en el tren Transiberiano se deja la escala en Irkutsk para poder acercarse al lago Baikal, la atracción turística número uno de Siberia. Desde Irkutsk se puede llegar a la turística población de Listvianka, sea en autobús o en barco a lo largo del río Angará, que se halla a orillas del lago. Además, en Listvianka hay un museo de limnología dedicado al estudio del lago Baikal.
Muchos viajeros incluso navegan a la Isla de Oljón para divisar unas focas únicas del lago Baikal y, de paso, degustar omul, un pescado endémico de ese lago. En tiempos de la URSS ya había estado repetidas veces en Irkutsk y en Listvianka, por ello en un viaje posterior, a inicios del siglo XXI, preferí volver a visitar el lago Baikal, pero desde el norte, precisamente desde una población a orillas de ese lago llamada Severobaikalsk, que significa «norte de Baikal».
Me quedé atrapado en esa ciudad tres días. Mi meta era Yakutia, pero el tren sólo llegaba a Severobaikalsk, y allí debía esperar a otro tren que llegaría por la línea BAM (Baikal Amur Mainline). Esos tres días estuve más solo que la una en mi cuarto de la estación del tren, pues a ningún turista se le ocurre viajar por esa zona inhóspita de Siberia. Menos mal que los buriatos son muy amables e hice amistad con ellos en el mercado, donde a diario comía pescado omul acompañado de una cerveza, o bien de una copita de vodka (bueno, a veces dos copitas).
Los buriatos son en su mayoría budistas pero también entre ellos se encuentran muchos chamanes. Para llegar al lago a pie debía atravesar una zona llena de follaje con árboles, en cuyas ramas los buriatos habían colgado cintas con deseos, como suelen hacer los chamanes. En Severobaikalsk había un monasterio budista y una iglesia ortodoxa. Los tres días no se me hicieron largos gracias a mis amigos del mercado y a mis paseos diarios por la orilla del lago Baikal. El cuarto día proseguí mi viaje por el BAM hasta empalmar en Tynda con la línea de tren AYM (Amur Yakutsk Mainline).